La noche del 6 de noviembre, once cuerpos fueron encontrados en el municipio de Chilpancingo, Guerrero. De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), los cadáveres fueron hallados en una camioneta abandonada en el boulevard Vicente Guerrero, desprendiendo olores fétidos. En la batea del vehículo Ford, color blanco, las autoridades encontraron restos humanos.
Entre las víctimas se identificaron a siete hombres, dos mujeres y dos menores de edad. Debido a esta composición, la Fiscalía abrió una carpeta de investigación por homicidio calificado, siguiendo el protocolo de perspectiva de género para tratar el caso.
Familiares de los 16 desaparecidos del poblado de Chautipan, quienes estaban desaparecidos desde finales de octubre, acudieron al Servicio Médico Forense (Semefo) en Chilpancingo para identificar a las víctimas. Hasta el momento, al menos cinco cuerpos han sido reconocidos como pertenecientes a estas personas, que se dirigían a los municipios de Chilapa y Quechultenango para realizar actividades comerciales.
Fuentes gubernamentales informaron que los 16 desaparecidos habrían estado retenidos por un grupo criminal identificado como Los Ardillos, conocido por su influencia en Chilpancingo, Chilapa, Mochitlán y Quechultenango. Uno de los menores identificados, Ángel Barrera Millán, apareció en un video donde se le ve atado y descalzo, señalando que Los Jaliacos le habrían obligado a realizar labores de vigilancia en el territorio de Los Ardillos.
Afuera de las instalaciones del Semefo, familiares continúan en la espera de poder identificar a los seis cuerpos restantes, los cuales podrían corresponder a las personas desaparecidas. La Fiscalía de Guerrero ha ofrecido una recompensa de un millón de pesos a quien brinde información que ayude en las investigaciones y localización de las víctimas.
Con información de Infobae
bvp
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