Durante las labores de renovación de un parque infantil en Wooler, al noreste de Inglaterra, fueron descubiertas más de 170 bombas de práctica de la Segunda Guerra Mundial. El hallazgo inicial ocurrió el mes pasado, cuando obreros que trabajaban en la remodelación de Scotts Park encontraron dos artefactos enterrados. Tras la inspección del área, se identificaron 155 bombas adicionales en un espacio de 21 metros cuadrados, lo que llevó al Ministerio de Defensa británico a ordenar un estudio completo del sitio.
Las autoridades locales informaron que, aunque se trata de bombas de entrenamiento, aún contienen carga y deben ser retiradas por expertos. Hasta el momento, solo se ha despejado un tercio del parque, por lo que existe la posibilidad de encontrar más artefactos.
Según Andrew Stewart, profesor honorario de la Universidad Nacional de Australia, estos dispositivos probablemente fueron utilizados por la Guardia Nacional británica durante la guerra. Aunque no contienen explosivos de gran potencia, podrían causar lesiones si se manipulan de manera incorrecta.
El hallazgo en Wooler no es un caso aislado, ya que en el Reino Unido es común descubrir artefactos sin detonar de la Segunda Guerra Mundial. Un informe de la BBC en 2018 señaló que el Ministerio de Defensa había intervenido en la remoción de aproximadamente 450 bombas alemanas en los últimos ocho años, con un promedio de 60 por año.
En febrero pasado, una bomba de 500 kilogramos fue retirada del jardín de una vivienda en Plymouth, lo que provocó una de las mayores evacuaciones en el país desde el final del conflicto. Los expertos consideran que las bombas de Wooler pudieron haber sido enterradas apresuradamente por soldados al término de la guerra, en un intento por deshacerse de ellas antes de regresar a casa.
Con información de Infobae.
AR
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