Mediante el análisis de imágenes satelitales capturadas por el Lunar Reconnaissance Orbiter, los expertos de la NASA han revelado que la Luna está experimentando una reducción en su tamaño, un evento que podría tener implicaciones para nuestro planeta.
La Luna, nuestro único satélite natural, ha sido objeto de estudio y fascinación durante milenios. Formada hace al menos 4500 millones de años, antes incluso de la existencia de los océanos en la Tierra.
Este cuerpo celeste, desprovisto de atmósfera y compuesto mayormente por rocas y polvo, se encuentra a una distancia de más de 300 mil kilómetros de la Tierra, la reciente constatación de que está disminuyendo de tamaño plantea interrogantes sobre su impacto en futuras investigaciones científicas cruciales para la humanidad.
El proceso de reducción de la Luna se atribuye al enfriamiento y contracción de su núcleo externo fundido, lo que ha llevado a cambios en su volumen interno y, como consecuencia, a la adaptación de su corteza superficial.
Este fenómeno ha generado grietas en la superficie lunar, indicando que el proceso de enfriamiento fue rápido y provocó una contracción inesperada, esta revelación desafía la creencia previa de que la Luna era un cuerpo celestial inmutable e incambiable.
La repercusión de este descubrimiento en la Tierra podría ser significativa, pues se esperaba que la reducción del tamaño lunar afecte potencialmente a misiones espaciales futuras, como la misión Artemis III de la NASA, programada para aterrizar en el polo sur de la Luna en busca de agua, un área previamente inexplorada.
Por si no lo viste:
Esta emblemática misión, que tiene previsto llevar a cuatro astronautas en 2025 desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, se enfrentará a nuevos desafíos al adentrarse en la región más fría y oscura del satélite terrestre, que ahora se revela como un cuerpo en constante cambio y evolución.
Con información de Canal 26
DVA
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