Por Israel Navarro
Twitter @navarroisrael
Dicen que la historia es cíclica porque siempre se repite. Y para muestra un botón: por allá de 1994, en el estado de California, el entonces gobernador Pete Wilson promovió la Iniciativa 187, que consistía en darle facultades a la policía para investigar el estatus migratorio de cualquier detenido que se sospechara estuviera indocumentado para ser deportado. Y además, prohibía que los migrantes con situación irregular accedieran a los servicios públicos del estado. La iniciativa ganó con 59% de los votos, pero más tarde fue derogada por una corte federal por ser una práctica de caracterización racial.
Independientemente del resultado, Pete Wilson usó esa iniciativa xenófoba para impulsar su campaña de reelección de gobernador, así como Donald Trump prometió la construcción del muro con México; y ambos ganaron. Claramente la fórmula de la polarización y el enmarcar al migrante indocumentado como el enemigo del pueblo estadounidense, tristemente da resultados.
Por ello, llega para ustedes la nueva versión: la ley SB-1718 de Florida impulsada por el gobernador y precandidato a la Presidencia Ron DeSantis. ¿Y en qué consiste? Se las platico rapidísimo: A partir del 1 de julio del 2023 quien transporte a personas indocumentadas desde fuera de Florida hacia el estado enfrenta hasta 15 años de prisión, independientemente de si son familiares, amigos o compañeros de trabajo; las licencias de manejo que emiten otros estados para personas indocumentadas ya no son válidas en Florida; prohíbe a los ciudadanos chinos adquirir terrenos en el estado y pone restricciones a los ciudadanos de Cuba, Venezuela, Rusia, Siria, Corea del Norte e Irán sobre el tipo de tierras que pueden comprar; obliga a las empresas con más de 25 empleados a verificar el estatus legal de todos sus empleados, de no hacerlo enfrentan multas de $1,000 por día; y requiere que los hospitales pregunten por la situación migratoria de cualquier persona que solicite atención médica.
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Se calcula que hay 775,000 migrantes indocumentados de los 22.6 millones de habitantes que viven en Florida. Un 3.5%. Evidentemente, la entrada en vigor de la ley ha desatado una oleada de gente indocumentada que está abandonando el estado, lo cual tendrá un impacto en la oferta de mano de obra y en el costo de vida. Pero eso tiende a no importa porque muchos los ciudadanos ven en el migrante indocumentado una amenaza a su estilo de vida, sin tomar en cuenta que ellos hacen la chamba más dura para soportar la columna de la economía floridense.
Y aunque no sabemos si, al igual que la Propuesta 187 de California, vaya a ser derogada en las cortes, para Ron DeSantis es una excelente plataforma de campaña. Se vuelve más trumpista que Trump para poder rebasarlo por la derecha, ahora que el expresidente está enfrentando un proceso judicial. El timing perfecto.
Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica.
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