El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó el asesinato del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, por parte del ejército israelí en las cercanías de Beirut como un acto de justicia por las numerosas víctimas que dejó, incluyendo miles de civiles estadounidenses, israelíes y libaneses. En su declaración, Biden reafirmó el apoyo de Washington al derecho de Israel a defenderse de grupos terroristas como Hezbolá, Hamás y los hutíes, respaldados por Irán. Además, ordenó fortalecer la presencia militar estadounidense en la región para prevenir una escalada de conflicto.
La vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris, también se pronunció, describiendo a Nasralá como un terrorista responsable de la muerte de muchas personas inocentes en varias partes del mundo, y reiteró su compromiso con la seguridad de Israel.
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Paralelamente, el Departamento de Estado ordenó la evacuación de las familias de diplomáticos estadounidenses en Beirut debido a la creciente inseguridad en la zona, y recomendó a los ciudadanos estadounidenses abandonar el país mientras sea posible.
Por otro lado, el gobierno de Líbano decretó tres días de luto nacional por el asesinato de Nasralá, considerando su muerte como parte de la agresión israelí contra el país.
Con información DW.
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