El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, exigió a Israel detener de inmediato los bombardeos en la Franja de Gaza, tras considerar que Hamas aceptó parcialmente su ultimátum para poner fin a casi dos años de guerra. Horas después, el gobierno israelí instruyó a sus Fuerzas de Defensa reducir sus operaciones militares al mínimo mientras ambas partes avanzan en la implementación del plan de paz propuesto por Washington.
La reacción del primer ministro Benjamín Netanyahu fue de sorpresa, pues consideró que la respuesta de Hamas equivalía a un rechazo. Sin embargo, su oficina declaró que Israel está dispuesto a iniciar un intercambio de rehenes por prisioneros como primer paso hacia el alto al fuego. Trump, por su parte, celebró en redes sociales la posibilidad de alcanzar una “paz duradera” y pidió detener los ataques para facilitar la liberación segura de los rehenes.
De acuerdo con la radio militar israelí, el liderazgo político ordenó a las Fuerzas de Defensa limitar su actividad en Gaza únicamente a acciones defensivas. Asimismo, el gobierno israelí afirmó estar listo para implementar la primera fase del plan estadounidense, centrada en la liberación de todos los rehenes. Trump calificó el momento como un “gran día” y agradeció a los países que han colaborado en la búsqueda de la paz en Medio Oriente, señalando que el objetivo está “muy cerca de lograrse”.
Antes de la respuesta de Hamas, el presidente estadounidense había lanzado duras advertencias contra el grupo islamita, amenazando con “desatar un infierno” si su plan no era aceptado. Afirmó que las fuerzas de Hamas estaban rodeadas y que, de no haber acuerdo, la ofensiva sería inminente para imponer la paz “de una forma u otra”.
En paralelo, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México confirmó que los seis connacionales detenidos tras participar en la flotilla humanitaria “Global Sumud” —interceptada por Israel mientras intentaba llevar ayuda a Gaza— aceptaron la repatriación voluntaria. El embajador mexicano en Israel visitó a los detenidos en la cárcel de Ktziot, cerca de la frontera con Egipto, y confirmó que todos se encuentran en buen estado.
La presidenta Claudia Sheinbaum exigió su liberación inmediata y condenó la interceptación de la flotilla, subrayando que la ayuda humanitaria “debe llegar” a Gaza. La UNAM también se pronunció al respecto, exigiendo garantías para la integridad física y psicológica de los mexicanos detenidos. México ha mantenido su postura crítica ante el conflicto, incluso sumándose a la denuncia por genocidio contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia.
A pesar del operativo contra la “Global Sumud Flotilla”, nuevas embarcaciones humanitarias partieron recientemente rumbo a Gaza desde Creta, en un esfuerzo por continuar con el envío de ayuda a la población civil afectada por el conflicto.
Con información de La Jornada
bvp