Durante la manifestación del viernes 4 de julio en las colonias Condesa, Roma y Juárez, la alcaldía Cuauhtémoc reportó que 13 inmuebles resultaron con vidrios rotos, incluyendo uno donde se robó mercancía, y que además se afectaron siete elementos del mobiliario urbano y se realizaron grafitis en más de 30 fachadas .
El incidente tuvo lugar en calles como Álvaro Obregón, Orizaba, Niza, Reforma y Sonora, donde incluso hubo registro de actos vandálicos en restaurantes y cafeterías con comensales dentro . Tras la protesta, se activaron labores de limpieza y reparación desde la noche del viernes hasta el sábado por parte de brigadas de Servicios Urbanos, Cultura, INBAL y Protección Civil, además de la Policía Auxiliar, que mantuvo vigilancia en vías adyacentes para contener el orden sin frenar la movilización .
La alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega condenó los actos de vandalismo y el robo, calificándolos como perjudiciales para los ciudadanos y comerciantes, a quienes se les brindó apoyo para cubrir vidrios rotos y retirar adhesivos . Por su parte, el Gobierno capitalino expresó rechazo a la violencia dentro de la protesta, aunque reconoció la gentrificación como un problema que expulsa a familias por el aumento de rentas y alquileres temporales .
El movimiento surgió por la preocupación de vecinos y colectivos ante la gentrificación, fenómeno urbanístico que ha encarecido la vivienda y desplazado a residentes originales, especialmente por la creciente oferta de alquileres temporales a extranjeros en zonas tradicionales . Las protestas buscaban visibilizar este conflicto, aunque fueron opacadas por la violencia en ciertos casos, lo que generó un debate sobre la línea entre activismo legítimo y actos delictivos.
Con información de El Universal.
AR
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