Un potente terremoto de magnitud 7,7 ha golpeado el sudeste asiático, con epicentro en el noroeste de Myanmar. El seísmo, que se produjo a una profundidad de 10 kilómetros, ha desatado el pánico en ciudades como Yangón y Bangkok, y se ha sentido también en la provincia china de Yunnan. Las autoridades han reportado al menos 150 muertes, con más de 140 de ellas en Myanmar, mientras que en Tailandia se han registrado desaparecidos y derrumbes en edificios.
La segunda ciudad birmana, Mandalay, ha sufrido graves daños, y las labores de rescate continúan a pesar de las dificultades. La junta militar que gobierna Myanmar ha declarado el estado de emergencia en varias regiones, y ha pedido ayuda internacional debido al elevado número de víctimas y heridos. Sin embargo, la guerra civil y las malas condiciones de comunicación dificultan las operaciones de rescate.
En Tailandia, la situación es igualmente crítica. El colapso de un rascacielos en construcción en Bangkok ha dejado al menos ocho muertos y decenas de desaparecidos. Las autoridades tailandesas aseguran que no hay riesgo de tsunami, pero el temor persiste por las réplicas.
El terremoto ha afectado tanto a Myanmar como a Tailandia, con numerosas víctimas y un panorama de caos. Las condiciones de infraestructura en ambas naciones dificultan la respuesta a la emergencia.
Con información de El País
bvp
Recent Comments