El sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) finaliza con un desempeño económico marcado por varios desafíos. Aunque se alcanzaron algunos objetivos sociales, los indicadores macroeconómicos reflejan un crecimiento insuficiente y complicaciones financieras que contrastan con sus promesas iniciales.
A lo largo de estos seis años, el crecimiento económico fue el más bajo en lo que va del siglo XXI. Con un incremento acumulado del Producto Interno Bruto (PIB) de apenas 5.28% entre 2018 y 2024, el promedio anual de crecimiento se situó en un escaso 0.86%, muy por debajo de lo observado en administraciones anteriores. Comparado con el sexenio de Vicente Fox, que tuvo un crecimiento acumulado del 11.38%, o con el de Enrique Peña Nieto, con un promedio anual del 1.94%, el avance de la economía bajo AMLO fue limitado.
Este bajo crecimiento se vio exacerbado por los efectos de la pandemia de COVID-19, que en 2020 ocasionó una contracción del 8.35% en el PIB, la peor caída desde 1933. Sin embargo, la recuperación posterior fue débil y no logró revertir del todo el daño económico causado por la crisis.
Te recomendamos:
Uno de los logros del gobierno de López Obrador fue la reducción del número de personas en situación de pobreza, con una disminución de 5.6 millones según el Coneval. Aun así, la pobreza sigue siendo un problema estructural en el país, afectando a 46.8 millones de personas al cierre del sexenio. Si bien se lograron avances, la falta de crecimiento económico significativo impidió mayores progresos en términos de bienestar social.
A pesar de la estabilidad relativa del tipo de cambio, que pasó de 20.37 pesos por dólar al inicio del mandato a 19.71 pesos hacia el final, el PIB per cápita mostró un retroceso. En términos reales, el PIB per cápita cayó un 2.7% entre 2018 y 2024, lo que refleja una disminución en la capacidad económica de la población.
El sexenio de AMLO también se caracterizó por un incremento considerable en la inflación. Durante los años 2021 y 2022, las tasas de inflación alcanzaron máximos históricos del siglo XXI, con 7.36% y 7.82% respectivamente. Estos aumentos, impulsados en gran parte por la crisis de suministros a nivel global, alejaron la inflación de las metas establecidas por el Banco de México, generando presión en los precios de bienes y servicios esenciales.
La subida en las tasas de interés reales también tuvo un impacto significativo en las finanzas públicas, elevando el costo de la deuda pública en un 34.9%. Al cierre del sexenio, el costo financiero de la deuda ascendió a 1.12 billones de pesos, lo que refleja la creciente carga que enfrentará el próximo gobierno para gestionar las finanzas del país.
A pesar de algunos logros sociales, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador concluye con una economía que no logró despegar. Los problemas estructurales, como la baja productividad y el limitado crecimiento económico, continúan afectando el bienestar general del país. Aunque se estabilizaron algunos indicadores, los resultados son dispares, dejando retos significativos para el futuro gobierno.
Con información de El Diario
bvp
Recent Comments