Martín.
Y después del dos de junio viene el tres.
Después del éxtasis de más de 30 millones de mexicanos, luego del confeti y la serpentina, después de la borrachera y de haber entregado sin pensar, digan lo que digan, el poder absoluto a una sola persona y a un solo partido, regresando a México al peor PRI de los 60 o 70 viene el frentazo, el golpe al estómago directo, que saca el aire, rompe el corazón y hace añicos las promesas de campaña y el futuro de nuestros niños.
Martín.
11 años.
11:40 de la mañana recorriendo calles de Santa María, Morelos, México.
Vendiendo dulces, gastando suela en vez de estar en la escuela.
– ¿Qué onda chavo, cómo va la venta y la escuela?
– Mal… nadie me compra – cara de fastidio y cansancio-
– ¿ya desayunaste?
– No
– Vente, te invito unas quesadillas…
– No señor, como cree, mejor cómpreme…
– No, te invito las quejas y un jugo y luego te compro los dulces…
Martín no va a la escuela desde hace dos años.
La pandemia cerró su escuela y luego de que abrió, los maestros faltaban “un chingo” y tuvo que meterse a chambear para ayudar al ingreso familiar.
El papá es jardinero, la mamá trabaja en casa y tiene un puesto de tamales y atole por las tardes.
Tiene dos hermanos más pequeños.
Solo uno va a la escuela.
– Oye Martín ¿y porque la mochila del Partido verde?
– Llegaron a la casa y le dijeron a mi mamá que si votaban por la doctora nos iban a regalar las mochilas para mí y mis hermanos y también camisetas y tenis…
– Ah… chido
– ¿Tus papás fueron a votar el domingo?
– Si, pasaron por ellos bien temprano y se los llevaron en una camioneta junto con otros vecinos… regresaron como a las 3 de la tarde y les dieron 200 pesos por haber ido…
– Les fue bien ¿no?
– Pues yo creo que si porque llegaron con un pollo frito y papas y refresco…
– ¿Quieres otra quesadilla?
– No, ya no, gracias Gerardo, ya me llené… ¿me vas a comprar los dulces ?…
Un retrato apenas del México real con el que tantos ahora se llenan la boca y dicen que no lo conocemos.
El futuro de México recorriendo calles y vendiendo dulces.
La herencia maldita de este gobierno.
La realidad por la que votaron millones el domingo.
No hay mucho más que decir.
Suerte Martín y que chinguen a su madre quienes compraron tu futuro.
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