Un momento histórico ha sido capturado en la que se pudo observar el objeto conocido como HH212 en Orión, donde está naciendo una estrella con aproximadamente 50,000 años de antigüedad.
El HH212 se encuentra a unos 1.300 años luz de distancia de la Tierra y presenta chorros de gas rosado rojizo que emergen en direcciones opuestas, indicando la regulación del proceso de nacimiento de la estrella. Este fenómeno se atribuye a la captura de material en campos magnéticos que se expulsa a través de los polos de la protoestrella.
Por si no lo viste:
La imagen capturada por el JWST muestra ondas de choque que energizan y hacen brillar intensamente las emisiones de hidrógeno molecular en esta región. Aunque las estructuras son notoriamente simétricas, se detecta un arco de choque adicional en el lado derecho, sugiriendo una simetría complementaria en el lado opuesto.
Durante tres décadas, los astrónomos han estado observando HH212, y la capacidad del JWST para obtener imágenes 10 veces más nítidas ofrece una visión sin precedentes de la formación estelar. Además, se planea crear una película a partir del registro de imágenes para seguir los cambios en las estructuras del chorro con el tiempo y medir su velocidad, que alcanza los 100 kilómetros por segundo o más.
Las siglas ‘HH’ en HH212 se refieren a Herbig-Haro, en honor a los pioneros George Herbig y Guillermo Haro, quienes estudiaron este tipo de objetos en las décadas de 1940 y 1950. El JWST no solo proporciona imágenes nítidas, sino que también amplía la gama de colores detectables, lo que es fundamental para entender los procesos en juego en estos chorros de formación estelar.
La capacidad transformadora del Telescopio Espacial James Webb se refleja en la fascinante imagen de HH212, recordándonos que incluso nuestro Sol tuvo un comienzo similar. Además, el primo de HH212, HH211, en la constelación de Perseo, también muestra un proceso de formación estelar que es aún más joven, en cuestión de miles de años.
Con información de El Universal
DVA
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