A un año de la guerra en Ucrania ha tenido un gran impacto global. Afectando no solo a las zonas de conflicto, sino a todo el mundo, la invasión rusa ha provocado una serie de consecuencias inesperadas en diferentes aspectos de la vida.
Agricultura: Debido a la importancia de Rusia y Ucrania como exportadores de trigo, la guerra ha elevado los precios de los granos a niveles históricamente altos. La ONU advirtió sobre la amenaza de hambruna para millones de personas, especialmente en África y el Medio Oriente. A pesar de la suspensión temporal del acuerdo entre Moscú y Kiev en octubre, el suministro de granos se ha mantenido en gran medida y los precios han regresado a niveles anteriores a la guerra.
Energía: La guerra desencadenó una crisis energética global, con aumentos en los precios de los combustibles fósiles en muchas partes del mundo debido a la reducción o suspensión de compras de Rusia. Europa enfrentó un aumento significativo en las facturas de gas y electricidad en los primeros seis meses del año. La Unión Europea intentó limitar los precios del petróleo ruso, pero la escasez de suministro global permitió que Rusia mantuviera su posición como exportador importante.
Por si no lo viste:
Inflación: La crisis energética y la desaceleración del crecimiento económico contribuyeron a un aumento de la inflación en un momento en que la economía mundial se estaba recuperando de la pandemia. Esto afectó los ahorros y los salarios de la población, reduciendo el poder adquisitivo en países como Estados Unidos, Francia y el Reino Unido. Los gobiernos implementaron medidas como límites de precios, subsidios y reducciones de impuestos para ayudar a las familias y las empresas.
OTAN: Contrario a las expectativas, la OTAN se fortaleció en lugar de dividirse debido a la invasión rusa. Finlandia y Suecia solicitaron unirse a la alianza, aunque Turquía expresó objeciones en relación con Suecia. Ucrania también presentó una solicitud de membresía en septiembre, aunque se considera que tiene pocas posibilidades.
Refugiados: Más de ocho millones de ucranianos se convirtieron en refugiados en Europa, mientras que otros cinco millones quedaron desplazados dentro de Ucrania. Polonia albergó la cifra más alta de refugiados, más de 1,5 millones. Esta crisis de refugiados amplió la influencia de Polonia y los países bálticos, que abogaron firmemente por Ucrania y presionaron por un mayor apoyo militar.
Se espera que la guerra en Ucrania siga tenido gran impacto global en la agricultura, la energía, la inflación, la OTAN, los refugiados y las relaciones internacionales, alterando significativamente la dinámica mundial en formas imprevistas.
Con información de The New York Times
DVA
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