Este jueves durante su conferencia de prensa matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador compartió que las operaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) se verán reducidas a manera de que solo se permitirán 43 entradas y salidas por hora, cuando ahora se permiten 52.
Compartió que esta decisión se toma porque el AICM tiene una sobresaturación en su actividad superior en 150 por ciento a su capacidad, es decir, “de 100 por ciento saturado, tiene una sobresaturación, todavía, de 50 por ciento”.
El mandatario firmó un decreto para que parte de esas actividades aéreas se trasladen al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), al que calificó como “uno de los mejores del mundo”.
Recordó que durante el régimen neoliberal, para justificar la construcción del que sería el aeropuerto de Texcoco, prácticamente se cerró la terminal aérea de Toluca y se saturó el AICM de manera deliberada.
“Resulta que se mantiene lleno el aeropuerto (capitalino) desde entones y siguió creciendo el número de operaciones, porque hay más tráfico aéreo, estamos hablando de mas tiempo. Y ya se rebasó el número de operaciones que se pueden llevar a cabo” en el aeropuerto Benito Juárez.
La determinación, subrayó, se tomó porque ya hay una alerta de Protección Civil de un posible riesgo, y la idea es prevenirlos.
Por si no lo viste:
El mandatario apuntó que se habló con las aerolíneas y que éstas tendrán tiempo, pus la medida entrará en vigor en un par de meses. Sin embargo, el tabasqueño reveló que muchos de los directivos de las empresas aéreas intentaron engañarlo.
Ante una pregunta sobre si esto generará controversias internacionales o hasta riesgo en las relaciones en particular con instancias de Estados Unidos, López Obrador no lo descartó: “Es que siempre hay intereses, nos costó el que se mudaran los aviones de carga al AIFA, hubo oposición, incluso de organismos de la aviación de Estados Unidos, pero se convencieron de que era mucho mejor operar desde el Felipe Ángeles.
Las respuestas extranjeras no se hicieron esperar, ya que tras darse a conocer la información, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (AITA) señaló que no puede aceptar «ninguna decisión unilateral y descoordinada» que obstaculice la conectividad de México.
Asimismo, pidió que cualquier cambio en la capacidad de esta terminal aérea se haga con el mayor “rigor técnico y operacional”.
“Cualquier cambio en la capacidad, especialmente en el principal aeropuerto de un país, debe ser tomado con el mayor rigor técnico y operacional, basado en estudios y análisis a través de procesos colaborativos y transparentes entre todos los interesados.
“Esto garantizara la planeación adecuada de las operaciones aéreas”, dijo Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las Américas.
La IATA pidió también a las autoridades mexicanas considerar «alternativas» al recorte de frecuencias en el aeropuerto capitalino por el impacto que «podría tener en los pasajeros, la conectividad aérea y el turismo».
Con información de La Jornada y El Economista.
dmra
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