La mexicana María Herrera Magdaleno, elegida por la revista Time como una de las 100 personas del pasado año, espera que este reconocimiento que le trajo en la noche del miércoles a Nueva York, sirva para que se escuche «el grito de dolor» y se conozca «esa situación tan cruel» que, como ella, viven otras familias cuyos hijos figuran entre los miles de desaparecidos en ese país.
«Lo primero que pasó por mi mente (cuando se enteró de su elección por parte de Time) fue la posibilidad de hacer llegar este grito de dolor que estamos viviendo en México, tan cruel que podemos llamarle de lesa humanidad. Que te arrebaten a tus hijos de esta forma, no debe ser», indicó esta madre de ocho hijos, de los que cuatro desaparecieron en 2008 y 2010, obra según ella del crimen organizado y como resultado de la impunidad en el Gobierno.
La mexicana, que lidera una lucha por localizar no sólo a sus hijos, sino por encontrar a los de otras familias, conversó con EFE en Nueva York sobre esos esfuerzos y señaló además que tras el reconocimiento espera lograr apoyo para que «alguien pueda hacer presión a nuestro gobierno para que nos atienda, nos escuche y resuelva» el problema del crimen organizado, al que atribuye la mayoría de las desapariciones.
Cavan fosas sin apoyo del gobierno para encontrar a sus familiares
De acuerdo con Herrera, las familias de los desaparecidos no han contado con apoyo de las autoridades mexicanas y son los familiares quienes les buscan excavando en diversos lugares a través del país donde han hallado restos que no han podido ser identificados.
Sus hijos Jesús y Raúl Trujillo viajaron el 28 de agosto de 2008, junto a cinco compañeros de trabajo -todos entre los 19 y 27 años- desde Michoacán a Guerrero para gestionar una compra y venta de metales. La misma noche acudieron a un bar en un municipio de Guerrero y es lo último que se supo del grupo.
Dos años más tarde, en septiembre de 2010 desaparecieron Luis Armando y Gustavo, que salieron con destino al estado de Veracruz -pese a la negativa y temor de la madre- para una gestión también de negocios ya que la familia necesitaba dinero para continuar la búsqueda de los hermanos, pero nunca llegaron a su destino, recordó la madre, que dice apoyarse en su fe para seguir adelante.
«Mi primera intención fue dejarme morir, no me resignaba a vivir sin mis cuatro hijos. Creo que la fortaleza me llegó de arriba, del infinito, de mi Dios y decidí salir a seguir buscando», recordó Herrera, una mujer de baja estatura y una voz suave que se quiebra al hablar de sus hijos, sin poder evitar que los ojos se le llenen de lágrimas.
Herrera se unió a otros padres y creó la red «Familiares en Búsqueda» integrada ya por unos 190 grupos, que quieren ser factores de cambio en la sociedad «porque lo que más duele es tener que dejarles este México tan inhumano, tan cruel a nuestros seres queridos que vienen detrás de nosotros, a las futuras generaciones».
De acuerdo con la activista, la red opera en 26 estados donde hacen el trabajo «que debería estar haciendo el Estado porque es el gobierno el que está propiciando que nos desaparezcan a nuestros seres queridos. Tienen la obligación pero no la han cumplido».
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Con información de El Universal
JR
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