La ultima etapa del Mundial de Atletismo, celebrado en Estambul, Turquía, tuvo una aparatosa conclusión después de que el atleta español, Quique Llopis, tuviera que ser internado en un hospital por su caída antes de llegar a la meta donde se golpeó la cabeza.
Tras tropezar con el último obstáculo en la carrera de 60 metro con vallas, el español golpeó fuertemente su cabeza contra el suelo antes de dar varias vueltas y quedar tirado en el suelo.
Médicos le atendieran durante cuatro minutos dramáticos en los que permaneció en silencio todo el pabellón hasta que el médico de la delegación española levantó un pulgar en señal de que estaba bien, y despertó los aplausos de la grada.
Llopis fue sacado en camilla de la recta central de la pista del Atakoy Arena y fue inmediatamente trasladado al hospital en ambulancia, aunque consciente, según informa la Real Federación Española de Atletismo.
Dos horas y media después del incidente, la federación ha publicado un vídeo en el que el atleta explica que todas las pruebas han salido bien.
El médico encargado del atleta informó que Llopis está consciente, orientado, de que sus constantes vitales son estables y de que las primeras pruebas radiológicas no muestran lesión neurológica u ósea, y que se trata de una conmoción cerebral y por ello permanecerá en observación durante la noche.
Más allá de la lamentable lesión, el mundo ha prestado más atención a la polémica en torno a la celebración del atleta suizo Jason Joseph, a quien acusan de «inhumano» al celebrar su medalla de oro a pesar de que el accidente pasó a escasos metros de él.
Tras el ruido mediático, Joseph envió un mensaje en redes sociales a su colega. “Lo primero es lo primero. Siento no haber comprobado que estabas bien. Estaba perdido en ese momento. Estaba totalmente bloqueado de lo que me rodeaba. Espero que estés bien, te veo en las competiciones al aire libre”, escribió públicamente en redes.
Por si no lo viste:
Con información de Runner’s World e Infobae.
dmra
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