Como su familia informó a través de un comunicado en redes sociales, la cantante de origen brasileño, Astrud Gilberto, se despidió de este mundo a la edad de 83 años dejándonos sin una de las voces más importantes que la bossa nova ha tenido en la historia.
«Vengo a traer la triste noticia de que mi abuela se convirtió en una estrella hoy y está al lado de mi abuelo Joao Gilberto», escribió Sofía Gilberto, nieta de la cantante, la madrugada de este martes despidiendose de una de las mejores interpretes de la «Garote de Ipanema», emblemática canción de la música en portugués.
Nacida el 30 de marzo de 1940 en Bahia (noreste brasileño), de madre brasileña y padre alemán, Astrud Weinert creció en Río de Janeiro y a los 19 años se casó con Joao Gilberto, cuyo álbum «Chega de Saudade» acababa de seducir a los brasileños, en un nuevo ritmo de bossa nova.
Astrud Gilberto convirtió a la «Garota de Ipanema» en un hit mundial con su versión en inglés junto al saxofonista Stan Getz, la cual le otorgó el apodo mundial como «la reina de la bossa nova». Esta canción le dio el renombre de ser la primer artista brasileña nominada y ganadora de un Grammy en 1965 por la mejor canción de aquel año.
Posteriormente ya radicando en Estados Unidos, su versión de «Fly Me To The Moon», tema de Frank Sinatra, la volvió una de las compositoras más aclamadas llevandola a colaborar con uno de sus artistas favoritos de la juventud, Chet Baker.
Su timidez vencida le permitió realizar giras por Estados Unidos, Canadá, Japón, Europa, con su grupo de músicos, entre ellos Marcelo Gilberto, uno de sus dos hijos. Con él y su hermano Gregory Lasorsa creó Producciones Gregmar, de la que destaca un disco tributo a Antonio Carlos Jobim.
El año 2001 fue el de la última aparición en escena de la artista que, tras un «Latin Jazz USA Award» se ganó un lugar en Nueva York en el Salón de la Fama de la Música latinoamericana, el International Latin Music Hall of Fame.
Por si no lo viste:
En 2008, un premio Grammy Latino la premió por toda su carrera. Lejos de los flashes, Astrud Gilberto vivía en Filadelfia, donde se dedicaba a pintar y luchar por la defensa de los derechos de los animales
Ahora, tras su sensible fallecimiento deja un espacio abierto muy difícil de llenar en el mundo de la música, especialmente en el de los sonidos brasileiros.
Con información de Milenio.
dmra
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