El deporte mexicano ha volteado a ver con admiración la hazaña del equipo nacional de natación artística que, tras no obtener recursos por parte de autoridades, logró traer 4 preseas, una dorada y 3 de plata, tras su gran participación en el mundial de la disciplina celebrado en Egipto.
El día de hoy, el presidente Andrés Manuel López Obrador acusó a las atletas de haber hecho un escándalo y, según el, «no se acercaron a pedir apoyos, porque su gobierno si apoya al deporte», cosa que es desmentida ya que van varios casos donde la Comisión Nacional del Deporte (Conade) le cierra las arcas a los atletas representativos del país volviéndose el villano de la historia.
Iniciemos con uno de los ejemplos que más han sonado durante las últimas justas olímpicas, y si bien no fue durante el mandato de AMLO representa uno de los duros precedentes a los que atletas mexicanos se han enfrentado.
Durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012, atletas de disciplinas relacionadas con la natación recibieron una prohibición por parte de la Conade para usar trajes de baño que no fueran Atlética, patrocinadora por contrato, a pesar de que los atletas tuvieran sus propios trajes con los que se sentían cómodos y con los que habían entrenado y competido para llegar a ese momento tan importante.
La situación llegó al punto que la misma dependencia mexicana pensaba no dejar competir a aquellos clavadistas y nadadores que se negaran a acataran su condición, situación que se consideró injusta. Al final, y después de que la Conade no pudo hacerse con la última palabra, autorizó a los deportistas que usaran la ropa que quisieran, solo que taparan los logos de las marcas.
La persona que actualmente encabeza la Conade es Ana Gabriela Guevara, medallista olímpica en los 400 metros planos durante los juegos de Atenas 2004, quien se retiró del deporte en 2008 tras denunciar la ineptitud y corrupción en el sistema, asegurando que «se encontraba asqueada» por lo que le había tocado enfrentar.
Uno pensaría que, por su amarga experiencia del otro lado de la moneda, las cosas cambiarían desde 2018, cuando el gobierno de la 4T la designó como comisionada del deporte, sin embargo ha sido de los periodos donde se ha escuchado más la falta de apoyos económicos y en especie para los representantes del país.
Como el caso de Esmeralda Falcón, boxeadora mexicana que buscaba viajar a un certamen internacional en India, se acercó a su federación nacional y la misma Conade para pedir apoyos para ir a representar a México pero le dijeron que no había recursos, lo que la llevó a vender el uniforme que ocupó en los pasados Juegos Olímpicos para costear sus necesidades.
Por si no lo viste:
Desde 1968, las autoridades mexicanas han deseado ser una potencia deportiva, y a pesar del gran desempeño de los participantes que han sido enviados, el país no ha podido ganar más de 10 medallas en una justa internacional.
A finales de 2022, las raquetbolistas Alexandra Herrera y Paola Longoria solicitaron ayuda económica para poder participar en el Campeonato Mundial celebrado en el mismo México, pero en San Luis Potosí. A pesar de no tener que viajar muy lejos, recibieron una negativa por parte de las instituciones.
“Desafortunadamente, la Federación Mexicana de Raquetbol nos acaba de informar que no habrá ningún apoyo para asistir al Campeonato Mundial, cada quien está en busca de sus propios recursos”, se lee en la descripción de la petición publicada en Gofundme para reunir apoyo.
La posición de la Federación llamó la atención, principalmente porque Longoria es la mejor raquetbolista a nivel mundial; actualmente lidera el ranking femenil en singles con 1631.5 puntos, situación que hizo que recibiera una llamada de atención.
Esta situación destapó una caja de pandora, ya que obligó a la Conade a revelar que había una deuda por 432 mil pesos hasta agosto del año pasado, cosa que queda contrastada con lo informado en febrero del mismo año, cuando se descubrió que la instancia tenía irregularidades económicas por más de 300 millones de pesos, según la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Otra de las situaciones polémicas que ha tenido el órgano deportivo fue la derrota en juicio frente a la ex levantadora de pesas Luz Acosta, medallista en Londres 2012, quien acusó a la Conade de no pagar su remuneración económica tras salir victoriosa en los Juegos Olímpicos.
Desde 2018, que fue cuando la Conade la reconoció junto a los atletas que trajeron medallas a México, estuvo exigiendo el pago de los 125 mil pesos que le corresponden por su presea de bronce, pero fue hasta 2022 que ganó la demanda y la institución tuvo que pagar.
Ahora, a un año de la nueva justa olímpica ¿Qué le puede esperar a otros deportistas? Como el clavadista Kevin Berlín, quien a base de vender café de su originario Veracruz busca costearse su viaje a Paris 2024, después de asegurar su lugar tras su victoria en el campeonato mundial en Fukuoka, donde salió ganador de la competencia individual y sincronizada.
Bajo el título de «Olimpiada Café», y con el slogan «Un Clavado al Sabor Veracruzano», es como Kevin y su mamá, Leticia Reyes, promocionan este producto artesanal. El objetivo es claro, que Kevin pueda seguir el camino rumbo a París 2024, ya que la Conade bloqueó los recursos económicos a los deportistas de las disciplinas acuáticas.
(Si se encuentra en su interés apoyar al deportista mexicano, se pueden pedir informes vía del WhatsApp al teléfono 5526909025)
Si bien lo realizado por Nuria Diosdado, Joana Jiménez, Regina Alférez, Jessica Sobrino, Glenda Inzunza, Samanta Rodríguez, Daniela Estrada, Pamela Toscano, Itzamary González y Fernanda Arellano, miembros del equipo de natación artística, es de aplaudirse y demuestra como la voluntad de los y las mexicanas vence adversidades, expone como no hay esa misma voluntad de las entidades que se dedican a administrar el deporte, ni siquiera comandadas por alguien que pisó el campo de juego, que saltó desde las plataformas a la alberca o que corrió sobre el tartan por su país.
Con información de ESPN, El País, Expansión Política y mediotiempo.
dmra
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