Estados Unidos ha designado un segundo tramo de su frontera con México como zona militar en 2025, intensificando así las medidas de seguridad. Esta acción sigue a la militarización previa de un segmento fronterizo en Texas y se extiende ahora a partes de Arizona o Nuevo México, aunque los detalles precisos aún son limitados.
La decisión, autorizada por poderes ejecutivos, permitirá una mayor presencia militar, con despliegues de la Guardia Nacional y una vigilancia más robusta.
La medida se produce en un contexto de creciente debate político en Estados Unidos, donde la inmigración se ha convertido en un tema clave tras las elecciones presidenciales de 2024.
La designación de esta zona militar da a las autoridades federales mayores facultades para realizar operaciones, como patrullajes, detenciones y la construcción de infraestructura, como cercas y sensores de seguridad. A diferencia de un estado de emergencia, esta designación tiene un enfoque a largo plazo en la seguridad fronteriza.
México ha expresado su preocupación por esta medida, con el canciller Juan Ramón de la Fuente pidiendo un diálogo para evitar tensiones. El gobierno mexicano teme que la militarización de la frontera pueda intensificar las tensiones bilaterales y desviar la atención de soluciones cooperativas, como abordar las causas profundas de la migración, que incluyen la pobreza y la violencia en Centroamérica.
En redes sociales, se han generado opiniones divididas: algunos critican a Estados Unidos por tratar la frontera como una zona de guerra, mientras que otros reconocen la presión de los cruces ilegales.
Con información de Veras
bvp
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