El juicio por el intento de homicidio a Cristina Fernández de Kirchner, entonces vicepresidenta de Argentina, comenzó este miércoles en Buenos Aires con la presencia de los tres acusados. Entre ellos se encuentra el hombre que intentó disparar una pistola sin éxito. El proceso se enfoca en el atacante, su exnovia y el empleador de ambos, quienes trabajaban como vendedores callejeros. Sin embargo, no se abordan posibles ideólogos o apoyos financieros, aspectos que la expresidenta ha solicitado investigar en una causa paralela.
La primera audiencia, que comenzó con una hora de retraso, incluyó la lectura de los cargos contra los acusados por homicidio agravado en grado de tentativa, un delito que podría conllevar penas de hasta 25 años. El tribunal oral federal 6 presentó las acusaciones de la querella y la fiscalía, citando mensajes de los teléfonos de los acusados que contenían referencias explícitas a los planes para asesinar a Fernández de Kirchner. Los mensajes revelaron que los acusados adquirieron un arma ilegal y buscaron una vivienda cercana a la residencia de la expresidenta para ejecutar el ataque.
Según la querella, los acusados eran plenamente conscientes de sus acciones y sus posibles consecuencias. A lo largo de las audiencias, que se realizarán semanalmente, se escucharán unos 300 testigos, incluida la propia Kirchner, en un proceso que podría extenderse durante un año.
El agresor, identificado como Fernando Sabag Montiel, de 37 años, atacó a Kirchner el 1 de septiembre de 2022 frente a su casa en Buenos Aires. Apretó el gatillo dos veces sin que las balas salieran y fue arrestado en el lugar. Brenda Uliarte, su entonces novia, fue detenida días después, al igual que Nicolás Carrizo, el empleador de ambos, señalado como «planificador». Sabag Montiel mostró una personalidad «narcisista» y un discurso «extravagante» con elementos de hostilidad hacia Kirchner, según pericias.
Uliarte está acusada como «coautora» e instigadora, mientras Carrizo enfrenta cargos de complicidad. Mensajes intercambiados entre Sabag Montiel y Uliarte revelaron planes detallados para el ataque, con Uliarte alentando a Sabag Montiel a disparar y escapar.
El grupo de vendedores callejeros de algodón dulce al que pertenecían los imputados, conocido como la «banda de los copitos», fue investigado, pero otras personas inicialmente arrestadas fueron liberadas conforme avanzó la investigación.
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Tras el atentado, Kirchner recibió mensajes de solidaridad de todo el mundo, aunque también surgieron sospechas sobre la veracidad del ataque, posteriormente despejadas por las pericias. La actual ministra de seguridad, Patricia Bullrich, y su exjefe de campaña, Gerardo Milman, fueron mencionados en la investigación, pero ciertas pistas sobre el supuesto financiamiento fueron desestimadas por el tribunal.
Al día siguiente del atentado, el gobierno declaró un feriado extraordinario y miles de personas se manifestaron en todo el país para condenar lo ocurrido, percibiendo que la extrema polarización política había cruzado un límite.
Con información de El Universal.
AR
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