La calificadora Standard & Poor’s (S&P) ratificó la calificación crediticia de México en “BBB”, lo que mantiene al país dos escalones por encima del umbral mínimo de grado de inversión. Con esta decisión, México conserva el grado de inversión con las ocho agencias que evalúan su deuda soberana.
De acuerdo con la agencia, las finanzas públicas del país se mantendrán estables y la carga de deuda soberana controlada durante los próximos dos años, apoyadas por una gestión macroeconómica cautelosa. S&P resaltó la aplicación de una política monetaria prudente y la reducción hacia déficits fiscales moderados.
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La firma proyecta que la deuda neta del sector público se ubicará en torno a 50% del PIB en 2025 y se mantendrá en niveles similares en los siguientes años. También señaló que el marco institucional mexicano proporciona estabilidad política, lo que respalda la aplicación de políticas fiscales y monetarias prudentes con un régimen de tipo de cambio flexible.
S&P consideró que la disciplina monetaria y el desarrollo de los mercados de capital locales han fortalecido la flexibilidad financiera del país, lo que ha favorecido el acceso a los mercados internacionales y la confianza de los inversionistas.
Asimismo, prevé que la administración federal gestionará de manera pragmática las diferencias con Estados Unidos en temas comerciales y migratorios, con el fin de preservar la estabilidad económica y la integración entre ambas economías.
La calificadora añadió que una gestión fiscal prudente permitirá reducir el déficit del sector público en 2025 y mantenerlo contenido en los años siguientes. Además, reconoció que los pasivos contingentes son limitados, aunque anticipa que podría ser necesario un apoyo extraordinario a Pemex y la CFE en caso de requerirse.
S&P destacó también la disposición del gobierno federal para colaborar con el sector privado a través del Plan México, orientado a impulsar la inversión, generar empleo y reforzar la política de seguridad y la coordinación institucional.
Finalmente, la agencia proyectó que una baja en las tasas de interés, junto con el incremento de inversiones derivadas del nearshoring, contribuirán a elevar el potencial de crecimiento económico en el mediano plazo.
Con información de Infobae
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