SpaceX realizó este jueves por la noche el octavo vuelo de prueba de su sistema de megacohetes Starship, con el objetivo de evaluar la nave espacial y superar los desafíos presentados en su última prueba en enero. Sin embargo, al igual que en el vuelo anterior, la misión terminó con la pérdida del vehículo Starship.
El lanzamiento tuvo lugar a las 6:30 p. m. (hora de Miami) desde la base de SpaceX en el sur de Texas. Aunque la compañía logró recuperar con éxito el propulsor Super Heavy al atraparlo con los brazos de la torre de lanzamiento “Mechazilla”, la nave espacial Starship se perdió antes de completar su trayecto.
Starship ascendió sobre el cohete propulsor Super Heavy de 71 metros de altura, el cual se separó aproximadamente dos minutos y medio después del despegue. Mientras el propulsor regresaba a tierra, la nave Starship encendió sus motores para continuar su vuelo en una trayectoria suborbital durante aproximadamente una hora. Sin embargo, cuando faltaban unos 20 segundos para completar el ascenso, SpaceX perdió contacto con la nave, lo que interrumpió la misión. Durante la transmisión en vivo, se observó el apagado de varios motores antes de la pérdida de señal.
Uno de los objetivos clave del vuelo era probar la resistencia de la nave espacial en distintas condiciones. Para ello, los ingenieros de SpaceX retiraron parte del blindaje térmico de Starship y añadieron nuevos materiales, incluyendo placas metálicas con enfriamiento activo, con el fin de evaluar su desempeño ante temperaturas extremas. También se implementaron mejoras en el sistema de combustible y ajustes en la capacidad del propulsor.
A pesar del resultado, la compañía ha señalado que cada prueba proporciona información valiosa para optimizar el desarrollo de Starship, un sistema diseñado para futuras misiones espaciales de larga duración.
Con información de Infobae.
AR
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