Un helicóptero militar Sikorsky UH-60 Black Hawk y un avión regional chocaron en el aire mientras el jet se aproximaba al Aeropuerto Nacional Reagan en Arlington, Virginia. El impacto obligó a suspender todas las operaciones aéreas en la terminal, mientras equipos de emergencia respondían al siniestro.
Las autoridades confirmaron que el avión, un Bombardier CRJ700 operado por PSA Airlines para American Airlines, transportaba 60 pasajeros y cuatro tripulantes. El helicóptero Black Hawk llevaba a tres militares a bordo, aunque no se han proporcionado detalles sobre su estado. Testigos reportaron una explosión en el aire antes de que ambas aeronaves cayeran en las aguas del río Potomac.
Las labores de rescate han sido intensas, pero las autoridades indicaron que no esperan encontrar sobrevivientes. Hasta el momento, se han recuperado los restos de 27 pasajeros del avión y uno del helicóptero. El jefe de bomberos de Washington, John Donnelly, confirmó que la operación pasó de búsqueda y rescate a recuperación de cuerpos.
Este accidente es la peor tragedia aérea en Estados Unidos en más de una década, con un saldo estimado de 67 víctimas. La Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) han iniciado una investigación para determinar las causas del choque.
El presidente Donald Trump expresó sus condolencias y agradeció el esfuerzo de los equipos de emergencia. Mientras tanto, la Autoridad de Aeropuertos del Área Metropolitana de Washington mantiene la suspensión de vuelos en el Aeropuerto Nacional Reagan hasta nuevo aviso.
Con información de El Sol
bvp
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