Donald Trump, quien tomará posesión como presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero, ha comenzado a delinear los posibles ejes de su política exterior. Aunque su campaña electoral se centró en priorizar los intereses nacionales y mantenerse al margen de conflictos internacionales como la guerra en Ucrania, en los últimos días ha adoptado un tono más agresivo respecto a asuntos internacionales.
Entre sus declaraciones más destacadas, Trump expresó su interés en adquirir Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca, citando razones de seguridad nacional y su riqueza en recursos naturales. Según Trump, la posesión de Groenlandia es una “necesidad absoluta” para la libertad global, dado su valor estratégico en el comercio y la expansión en el Ártico. Esta idea, ya planteada durante su primer mandato en 2019, no fue concretada entonces, pero ahora podría retomarse.
Por otro lado, Trump cuestionó las tarifas impuestas por Panamá a los barcos estadounidenses que utilizan el Canal de Panamá, calificándolas como “ridículas y altamente injustas”. En una conferencia en Arizona, amenazó con exigir la devolución del canal a Estados Unidos si no se ajustan los costos, argumentando preocupaciones de seguridad nacional, especialmente frente a los intereses de China en la región. Aunque no detalló cómo podría llevar a cabo esta propuesta, Trump señaló que sería fundamental garantizar la neutralidad del canal.
Expertos como Will Freeman, del Consejo de Relaciones Exteriores, han destacado que el Canal de Panamá es clave tanto para el comercio estadounidense como para una eventual estrategia militar en caso de conflictos con China. Este país asiático es el segundo mayor usuario del canal y ha realizado importantes inversiones en Panamá.
Las declaraciones de Trump también se alinean con su visión de “Estados Unidos primero”, enfocada en reducir lo que considera prácticas injustas en el comercio internacional y en reforzar el papel de Estados Unidos como superpotencia global.
Con información de BBC.
AR
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