Para Checo Pérez, Brasil fue una carrera llena de demonios. Otra vez tuvo que sufrir para tomar las riendas de un auto remendado y que le genera demasiadas dudas en la pista. Ahora fue la lluvia la que empeoró la situación. El mexicano y su pericia en el volante poco le ayudó para intentar entrar en la zona de puntos en una caótica carrera que ganó Max Verstappen, en una carrera en la que salió del fondo y atrapó la punta. El contraste es brutal: el neerlandés pudo triunfar, mientras que el mexicano volvió a enfrentarse a Liam Lawson, del equipo B de Red Bull, en una pelea por el orgullo y por agradar a la cúpula del equipo. Pérez finalizó undécimo.
Pérez ya no se ha quedado callado ante los continuos errores en la estrategia, a cargo de su ingeniero de pista, Hugh Bird. Durante la clasificación, que tuvo que realizarse el domingo de la carrera debido a la lluvia, el mexicano cayó en la Q2, que lo mandó al lugar 12. Pérez recriminó a Bird por frustrarle la oportunidad de dar otra vuelta durante un momento de caos con bandera roja.
— ¿Cuánto tiempo queda? — preguntó Pérez en la radio
— 45 segundos — respondió Bird por la radio
— ¡Vamos, chicos, tenemos que hacer un mejor programa!
— Desafortunadamente, por nuestra posición en la calle de boxes…
—Eso no es una excusa, amigo. ¡No, no, no! Si todos están esperando ya en el final, ¿por qué nos vamos? — recriminó el mexicano.
Ya en la arrancada, el mexicano debía escalar posiciones y evitar complicarle el paso a Verstappen, quien largó desde la decimoséptima posición. El Red Bull a cargo de Checo Pérez, sin embargo, se despistó en las primeras curvas. Le pasó el tricampeón de la F1 e incluso el argentino Franco Colapinto. Para agravar las cosas, el coche se le patinó y pegó un trompo que lo mandó al último lugar.
La lluvia en Interlagos empeoró las cosas para todos los pilotos. En Red Bull quisieron adelantarse a todos al ponerle las llantas más resistentes a las precipitaciones en la vuelta 28, aunque poco pudieron encontrar porque cuatro giros después Colapinto terminó con un fuerte golpe en la pista que provocó la bandera roja. El reinicio de la carrera no supuso grandes cambios para el mexicano que, como todos, tenía dificultades para ver el coche de delante. Sostuvo una batalla contra Sainz, quien venía de atrás, aunque el español perdió el control del auto. Otra salida en falso de Fernando Alonso ayudó a que Pérez alcanzara la décima posición. Así que al mexicano le tocaba cazar a Lawson para arrebatarle otro punto y ganar una batalla contra el enemigo que se ganó la semana pasada en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Un choque entre ambos empleados de la empresa energética provocó que Pérez perdiera la posición con Hamilton. Verstappen arrasó con su remontada y dejó perplejo a un errático Lando Norris que finalizó sexto. El podio lo completaron Esteban Ocon y Pierre Gasly de Alpine.
Checo Pérez encara las últimas tres carreras de la temporada con una presión absoluta. El juego de la prensa británica vuelve a la carga con una serie de rumores que ahora ponen el nombre de Colapinto en el asiento del mexicano. Durante toda la semana, medios se lanzaron al vacío al asegurar que el argentino ya era el sucesor. Pérez tuvo que aguantar. Otro candidato que ha surgido en los últimos meses es Lawson, quien ha reñido con Pérez en el Gran Premio de México y la carrera sprint en São Paulo. El neozelandés le ha hecho la peineta, el mexicano le ha llamado idiota. Al tema se ha sumado Jos Verstappen, padre del vigente campeón, quien contó a la cadena neerlandesa Viaplay que “creo que Lawson está haciendo un muy buen trabajo. Está situado un escalón por delante de Pérez”.
El mexicano sigue estancado en el charco de la mitad de la clasificación, con una sangría importante de Red Bull que no consigue darle pelea como equipo a McLaren y a Ferrari. El mexicano sintetizó lo áspera que fue su actuación en Brasil: “No nos funcionó nada hoy”, contó por la radio.
Con información de El País
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