Después de un debate de casi siete horas, el Senado aprobó en comisiones la reforma judicial en lo general. Morena y sus aliados respaldaron la minuta, describiéndola como una de las más relevantes de los últimos tiempos. La votación terminó con 25 a favor y 12 en contra, con los votos en contra del PAN, PRI y MC, quienes argumentaron que la reforma pretende controlar a la Suprema Corte y al poder judicial. Por su parte, los defensores de la reforma señalaron que los opositores buscan mantener los privilegios y prácticas corruptas de algunos jueces. La discusión culminó con acusaciones de nepotismo.
Las Comisiones de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos, presididas por Ernestina Godoy y Citlalli Hernández, sesionaron en las instalaciones de Reforma e Insurgentes, pese a la presencia de manifestantes que no bloquearon el acceso.
Citlalli Hernández, presidenta de la Comisión de Estudios Legislativos, destacó que se modifican varios artículos de la Constitución con el fin de democratizar el poder judicial, proponiendo la elección popular de jueces, magistrados y ministros. La reforma implica una reestructuración profunda que busca desmantelar las prácticas de poder y corrupción en el sistema judicial, sustituyendo al Consejo de la Judicatura Federal por el Tribunal de Disciplina Judicial, encargado de revisar las acciones de los jueces, especialmente si sus decisiones afectan los derechos ciudadanos.
La senadora Hernández Mora aclaró que el dictamen de la minuta que les remitió la Cámara de Diputados fue presentado en sus términos, toda vez que en San Lázaro, se formularon 104 modificaciones a la iniciativa en esa materia presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Vino luego la presentación de posturas de los seis grupos parlamentarios, en los que la oposición descalificó la reforma. La priísta Carolina Viggiano dijo que solo se pretende “someter al poder judicial” y advirtió que a los legisladores del bloque mayoritario “les pesará la responsabilidad histórica por actuar con odio, venganza y sumisión”.
El panista Ricardo Anaya aseguró que la reforma tiene “tres trampas y engaños”, toda vez que Morena “tendrá el control total y casi absoluto de la preselección de candidatos” a juzgadores, el número de boletas será excesivo, ya que tan sólo en la Ciudad de México en la elección del 2025 habrá 2 mil 161 candidatos para que la gente vote a 344 jueces y magistrados.
Además, recalcó, el Tribunal de Disciplina Judicial, le dará la facultad a sus cinco integrantes de remover a jueces y magistrados , de enviarlos a la cárcel e inhabilitarlos hasta por 20 años.
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En respuesta, el senador de Morena, Oscar Cantón Zetina, subrayó que su grupo votará con plena convicción de que la reforma judicial cuenta con el respaldo del pueblo, tal como lo demostraron en las urnas el pasado 2 de junio. Señaló que el pueblo está cansado de la corrupción y las injusticias en el poder judicial.
El debate se centró en la elección de los jueces. La panista Mayuli Latifa Martínez y la senadora del PRI Claudia Anaya afirmaron que la reforma pone fin a la carrera judicial. Sin embargo, Judith Díaz de Morena aclaró que no se busca acabar con el poder judicial, destacando que sólo el 15% de los jueces actuales han llegado a través de esa vía, mientras que el resto ha accedido mediante influencias y favoritismos.
Por su parte, el senador del PVEM, Waldo Fernández, denunció que hasta 65 miembros de una misma familia trabajan en el poder judicial, y la mitad de los empleados tiene al menos dos allegados en cargos. Este hecho, señaló, es nepotismo.
La senadora Malú Micher de Morena respaldó la crítica, recordando que la presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, reveló que cientos de familiares están presentes en el poder judicial.
El senador panista Marco Cortés advirtió que la reforma carece de mecanismos para limitar el financiamiento ilícito, lo que podría facilitar que el crimen organizado controle tanto alcaldías como el poder judicial.
Andrea Chávez, de Morena, replicó que es ofensivo suponer que el pueblo no puede elegir correctamente entre miles de candidatos.
La discusión escaló cuando el senador del PT, Alejandro González Yañez, recordó que en 1929 José Vasconcelos propuso la elección de jueces por voto popular, defendiendo que los jueces elegidos por la ciudadanía siempre serán mejores. Ricardo Anaya, del PAN, refutó que no se identifica con el “Vasconcelos racista y fascista”.
Luis Fernando Salazar respondió cuestionando a Anaya, sugiriendo que apoya el PAN de Marko Cortés, caracterizado por acuerdos políticos y tratos oscuros.
Finalmente, Carolina Villallano, del PRI, criticó a Morena por hablar de nepotismo cuando, según ella, familias enteras, como los Monreal, están enquistadas en el gobierno. Saúl Monreal, presente en la reunión, exigió respeto y defendió que ocupa su cargo por mérito propio.
Al concluir, comenzaron a debatir las reservas del articulado, con la intervención de 11 oradores.
En respuesta, el senador de Morena, Oscar Cantón Zetina, subrayó que su grupo votará con plena convicción de que la reforma judicial cuenta con el respaldo del pueblo, tal como lo demostraron en las urnas el pasado 2 de junio. Señaló que el pueblo está cansado de la corrupción y las injusticias en el poder judicial.
El debate se centró en la elección de los jueces. La panista Mayuli Latifa Martínez y la senadora del PRI Claudia Anaya afirmaron que la reforma pone fin a la carrera judicial. Sin embargo, Judith Díaz de Morena aclaró que no se busca acabar con el poder judicial, destacando que sólo el 15% de los jueces actuales han llegado a través de esa vía, mientras que el resto ha accedido mediante influencias y favoritismos.
Por su parte, el senador del PVEM, Waldo Fernández, denunció que hasta 65 miembros de una misma familia trabajan en el poder judicial, y la mitad de los empleados tiene al menos dos allegados en cargos. Este hecho, señaló, es nepotismo.
La senadora Malú Micher de Morena respaldó la crítica, recordando que la presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, reveló que cientos de familiares están presentes en el poder judicial.
El senador panista Marco Cortés advirtió que la reforma carece de mecanismos para limitar el financiamiento ilícito, lo que podría facilitar que el crimen organizado controle tanto alcaldías como el poder judicial.
Andrea Chávez, de Morena, replicó que es ofensivo suponer que el pueblo no puede elegir correctamente entre miles de candidatos.
La discusión escaló cuando el senador del PT, Alejandro González Yañez, recordó que en 1929 José Vasconcelos propuso la elección de jueces por voto popular, defendiendo que los jueces elegidos por la ciudadanía siempre serán mejores. Ricardo Anaya, del PAN, refutó que no se identifica con el “Vasconcelos racista y fascista”.
Luis Fernando Salazar respondió cuestionando a Anaya, sugiriendo que apoya el PAN de Marko Cortés, caracterizado por acuerdos políticos y tratos oscuros.
Finalmente, Carolina Villallano, del PRI, criticó a Morena por hablar de nepotismo cuando, según ella, familias enteras, como los Monreal, están enquistadas en el gobierno. Saúl Monreal, presente en la reunión, exigió respeto y defendió que ocupa su cargo por mérito propio.
Al concluir, comenzaron a debatir las reservas del articulado, con la intervención de 11 oradores.
Con información La Jornada.
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