La responsabilidad de los padres en la era moderna.
Por: Alfonso Malpica Olvera
Los niños siempre son primero. Estas palabras resuenan en mi mente cuando reflexiono sobre la influencia de mi padre en mi vida y ahora en mi papel con mis hijos.
En la edad moderna, las relaciones familiares, en muchos casos, se tornan mayormente complejas. Las separaciones pueden generar profundas heridas emocionales en los niños y niñas y desgraciadamente en diversas ocasiones los hijos pueden ser tomados como rehénes para lograr ciertas victorias sobre la otra parte de la pareja. Esta situación causa un dolor inmenso a los pequeños, quienes deberían ser protegidos y preservados de los conflictos de los adultos, resolviendo sus diferencias con madurez, consideración y amor hacia ellos.
Hoy en día está comprobado que la cercanía y presencia tanto del padre como de la madre en la vida de un niño tiene un impacto significativo en su desarrollo emocional, social y cognitivo. Los niños que disfrutan de relaciones sólidas y afectuosas con sus padres tienen más probabilidades de tener éxito en la escuela, establecer relaciones saludables y desarrollar una autoestima sólida.
Ahora que la ONU está buscando acciones para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, todos sus esfuerzos tendrían que enfocarse en mejorar la realidad a la que hoy se enfrenta la niñez, ejemplo de esto es la educación de calidad o la igualdad de género; sin embargo, estos avances se logran con el apoyo de los gobiernos, autoridades educativas, y por supuesto con el respaldo de su familia, sin importar que sus padres estén separados, pero sí con la parte de la responsabilidad que les corresponde a cada uno.
Y es que de acuerdo con datos del INEGI, en 2021 vivían en nuestro país 39 millones 487 mil 932 niños, niñas y adolescentes entre los 0 a los 17 años de los cuales el 49.1% son niñas y el 50.9% son niños. Entre los problemas y obstáculos más graves para su calidad de vida, se hallan la desigualdad en la educación, una cultura de “salidas fáciles” como las actividades criminales y una pandemia de violencia que se extiende en la vida familiar, escolar, social y mediática, es evidente que las y los niños necesitan del apoyo de sus padres para lidiar con todo lo que actualmente hay en la sociedad y a la par, tanto el padre y la madre deben de trabajar en la educación de sus hijos inculcandoles valores y principios que los respalden para su vida adulta.
Los organismos internacionales han puesto mayor atención en la educación infantil y es que está comprobado que es ahí donde se gesta toda la formación del niño para su vida adulta, recientemente la UNICEF presentó una guía para la crianza positiva donde resalta la moral como la fortaleza principal para los infantes.
Es importante que como adultos seamos conscientes que sin importar la situación en la que nos encontremos con nuestra pareja, las y los hijos deben de ser protegidos ante cualquier discusión, resolución y sobre todo garantizarles que aunque haya una separación siempre se contará con el apoyo de ambos, ya que siempre se debe pensar por el bienestar de los hijos.
En un mundo donde las estructuras familiares pueden cambiar, el amor, el respeto y la responsabilidad deben permanecer sólidos.
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