Testimonios recabados dan cuenta de la intimidación, violencia estética, psicológica, clasismo e, incluso, de la falta de cumplimiento de contratos, por parte de la empresa Europiel, que se dedica a la depilación láser.
Karina asistió a la Plaza Mayor, en León Guanajuato, para cenar con su hermana. En el camino decidió solicitar informes sobre depilación láser. Esperaba que le dieran un panfleto pero, en lugar de eso, la mantuvieron en contra de su voluntad dentro de una habitación con las paredes negras, letras blancas y rojas, por más de 20 minutos.
Karina recuerda que la hicieron pasar, a ella y a su hermana, a un cuarto muy pequeño. “No tenía ventanas, sólo había una puerta y esa puerta se abre desde afuera”. Dentro de la habitación, les ofrecieron paquetes con un valor de 30 mil pesos y les solicitaron que dejaran un anticipo de 15 mil.
Cuando Karina comentó no estar interesada en el producto, empezaron las amenazas y hostigamiento. Primero comenzaron con frases del tipo “¿por qué, no tienes dinero, no te alcanza? ¿apoco no te quieres?”.
Karina recuerda que “empezó a ser una situación muy incómoda”, la violencia verbal fue en escala y la vendedora le solicitaba que, aunque no cubriera el costo del servicio “apartara” el paquete con un anticipo.
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Ante la negativa de las hermanas, llegó la gerente, quien “fue un poco más agresiva” que la vendedora. La gerente comenzó a solicitarles que “dejáramos lo que tuviéramos de dinero en ese momento”. Ella también comenzó a presionar a las hermanas y a hacer comentarios hostiles respecto a su apariencia.
Karina recuerda que la gerente le señaló zonas para las que no había solicitado el servicio y emitió como “te vas a ver mejor, te vas a ver menos mal”.
Ellas lograron salir cuando la hermana de Karina sacó el celular y, en tono amenazante, explicó que las estaban esperando afuera. La puerta fue abierta desde el exterior, era imposible abrirla desde dentro. “Es una situación entre el encierro y que te estén… no insultando con groserías, pero sí atacando tu físico y tu solvencia económica”, expresa la afectada.
Mientras estuvo dentro, a Karina nunca le mostraron alguna documentación, algún contrato o, incluso, los aparatos con los que se realiza el proceso, solo le exigían dejar un anticipo económico o que se hiciera el cargo mediante tarjeta.
El hecho de que le dijeran “déjame dinero ahorita y luego vienes por tu contrato y luego vienes a que te atienda”, la hizo sentir muy incómoda e insegura.
Con información de Eme Equis
bvp
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