InicioPlumas InvitadasLa “muerte cruzada” en Ecuador.

La “muerte cruzada” en Ecuador.

Por Israel Navarro

Twitter @navarroisrael

Ecuador es un país bellísimo pero políticamente complejo, y con una historia moderna de inestabilidad en los gobiernos de las últimas 3 décadas, especialmente en el actual de Guillermo Lasso, una máquina de unir a todos, pero en su contra.

La inseguridad rampante, la pérdida del poder adquisitivo de la gente, los paros de los pueblos indígenas que tomaron las calles en dos ocasiones, y los escándalos de corrupción en su círculo cercano, fueron desgastando su aprobación y alimentando la narrativa de la oposición, especialmente en la Asamblea Nacional, en la que se fue integrando un frente con un fin común: destituir al presidente.

Obviamente eso requería mayoría calificada, pero ningún partido la tiene por sí solo. Tras varios intentos, la oposición logró aprobar el juicio político a Guillermo Lasso, y éste no duró más que un día, porque en menos de 24 horas del inicio de presentación de pruebas y argumentos, el presidente se vio acorralado previendo que habría suficientes votos para destituirlo.

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Por ello, utilizó una provisión constitucional, coloquialmente llamada como “muerte cruzada”, que consiste en que el presidente puede disolver la Asamblea Nacional, la cual tampoco tenía una aprobación muy alta entre la ciudadanía, y debe convocar a elecciones adelantadas en menos de 6 meses para elegir nuevo presidente y nuevos asambleístas. Es decir, todos se van para dar paso a un nuevo órgano legislativo y un nuevo titular del ejecutivo. ¿Qué cool, no? Una manera creativa, pero radical para dirimir los conflictos de gobernabilidad, legitimidad y viabilidad política.

Durante los próximos 6 meses, el presidente seguirá gobernando por decreto. Es decir, sin la piedra del zapato que le representaba la Asamblea Nacional, pero con la percepción de que es un presidente saliente, impopular; y además su partido tendrá que afrontar en las próximas elecciones extraordinarias el costo de sus decretos, como una reforma fiscal que le va a pegar al bolsillo de la gente. “He escogido gobernar seis meses en el purgatorio en lugar de dos años en el infierno”, dijo el presidente Lasso. Creo que no se ha dado cuenta que al purgatorio se va a expiar los pecados, no a seguir pecado.

Y como en toda crisis siempre hay un ganador, en este caso es el correísmo, que en las últimas elecciones locales retuvieron y recuperaron las alcaldías y prefecturas más importantes del país, lo cual les va a permitir tener un mayor control y capacidad de operación en la elección extraordinaria. Como dice el refrán: a río revuelto, ganancia de pescadores. A ver quién puede aprovechar mejor este borrón y cuenta nueva, y ojalá que en noviembre haya mejores condiciones de gobernabilidad en Ecuador.

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica.

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